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por Sara Montero

El Día Internacional de la Mujer nos abre la puerta para reflexionar sobre el papel que las mujeres hemos jugado a lo largo de la historia y de cómo, a través de la superación de importantes retos, hemos tenido grandes logros.

Poco a poco, las mujeres hemos ido ganando espacio en puestos directivos, y hemos demostrado que nuestro liderazgo es valioso y que la diversidad puede llevar a una empresa a tener resultados más enriquecedores.

En 2019, la Organización Internacional del Trabajo publicó un estudio en donde revelaba que la presencia de mujeres en las altas esferas directivas mejora el desempeño de las empresas, haciéndolas más eficientes al aumentar hasta en un 20% su rentabilidad, además de acelerar la innovación y atraer a los profesionales con talento.

Considero que, como cualquier industria, la industria farmacéutica debería tener una mayor equidad de género en puestos directivos, y así tendríamos un sector mucho más fortalecido con estrategias diversas, pero con una visión en común, fortalecer aún más la importancia que tiene el sector salud en México y en el mundo como un aliado y jugador clave.

Es bien sabido que para que una organización pueda llamarse inclusiva, debe tener una plena participación de las mujeres en la toma de decisiones.

En Lundbeck somos fieles creyentes que la diversidad y la inclusión son pilares clave para el fortalecimiento de una empresa, por ello nos hemos esforzado porque nuestra plantilla de colaboradores sea equitativa, para crear un ecosistema que nos permita ser más eficientes en todos los sentidos. Muestra de ello es que a día hoy, el Comité Directivo en Lundbeck MAC incluye a 5 mujeres.

Personalmente estoy convencida de que la tendencia discriminatoria hacia las mujeres en los altos mandos de las empresas debe cambiar, pero eso sólo se logrará con educación, y con el apoyo en conjunto de la sociedad, para brindar la confianza en el potencial de las nuevas generaciones. Pues un mundo más diverso e inclusivo marcará la diferencia y erradicará la desigualdad que aún se vive en el mundo entero.

Si bien cada vez somos más mujeres en puestos directivos, tenemos todavía fuertes retos para abrir horizontes y derribar las barreras que dificultan la igualdad de género en altos mandos, así y sólo así lograremos crear una sociedad más justa, con mejores cimientos y con una visión de progreso y crecimiento a corto, mediano y largo plazo.

Hagamos que este 8 de marzo sea una fecha no sólo para recordar la lucha de las miles de mujeres que han alzado la voz a lo largo de los años, sino para reflexionar sobre el camino andado y lo que nos falta aún por recorrer para lograr una perfecta igualdad social.

 

Sara Montero es Directora General Lundbeck México, Centroamérica y Países Andinos.

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